Las políticas más importantes de nuestros países, las que condicionan todas las demás, las políticas ecónomicas, están basadas en un pensamiento mágico, que contradice las ciencias físicas, y que por tanto es perfectamente equiparable a una religión. Y esa religión no reconocida, pero dominante a escala planetaria, bien podría denominarse la Iglesia del Crecimiento Perpetuo.
El creixementisme és una religió